sábado, 7 de junio de 2008

La ciudad y los candidatos.

Elecciones. Cinco meses y medio para las elecciones de gobernadores y alcaldes de Municipios y de Distritos Metropolitanos. Las organizaciones sociales, integradas en partidos políticos, movimientos, círculos, coordinadoras, alianzas, polos, y cuanta denominación se asignan, se preparan para participar en esos comicios. Eligen candidatos mediante varias formas: encuestas, consensos, primarias, selección por las autoridades de las organizaciones, y los que se postulan a sí mismo como líderes de su organización política.

Mensajes. Algunas candidatas y algunos candidatos se presentan con su currículo, qué profesión u oficio tienen, que han hecho, que hacen, y que harán. Otras y otros se basan en su posición antigobierno ó antioposición. Los más anuncian que atenderán los asuntos de la región para la cual se postulan. Como gobernadores o alcaldes trabajarán por el pueblo, la seguridad, el aseo urbano y domiciliario, el tránsito, el agua, el desarrollo urbanístico, el ornato, la salud, las aceras, las vías, y todo aquello que la gente manifiesta como una necesidad que debe resolverse. Jerarquizan su atención según el grado de importancia que la ciudadanía le asigna, en cada lugar, a esas necesidades. Presentan sus alternativas mediantes pancartas, pendones, afiches, hojas volantes, dípticos, trípticos, algunos hasta folletos; no faltan los avisos de prensa, la propaganda en televisión. También caminan, casa a casa, contacto directo, visitan mercados, plazas, en fin, van por la vía saludando y sonriendo. Ah!, y abrazando y besando.

Propuestas. Cuántas y cuántos presentan sus propuestas de cómo atenderán estos asuntos? De que manera administrarán los recursos financieros del estado o del municipio, para invertir en las soluciones que darán cuando sean electos y tomen posesión de sus respectivos cargos? Conocen de la verdadera situación financiera del gobierno que aspiran dirigir? Casi todos tienen serios problemas en este orden, y viven haciendo maromas administrativas para cumplir a medias con los compromisos, salarios, beneficios laborales, servicios públicos para las instalaciones gubernamentales como electricidad y teléfono. Cómo enfrentarán estos asuntos?

Ha oído usted alguna propuesta concreta de alguna candidata o algún candidato? Qué, además, se refiera a la responsabilidad que le compete al cargo que aspiran? Es más, demuestran en sus discursos que conocen realmente para lo que quieren ser electas o electos?

Debates. Debemos exigir que cada candidata o candidato debata con el pueblo. Lo tradicional es que se retan entre si los aspirantes, no siempre se logra esos debates. Pero pueden producirse entre cada uno de ellos y la ciudadanía. Las asambleas de ciudadanos, los consejos comunales, las asociaciones de vecinos, las juntas de condominios, los gremios, las asociaciones civiles, las agrupaciones deportivas, culturales, profesionales, de trabajadores, juveniles, estudiantiles, de amas de casas, son tantas las posibilidades de reunir a la gente para que escuche y para que se exprese. Y deben ser muchas las reuniones. Porque algunos hacen un mítin, una reunión, una asamblea, y ya, ya se reunieron con el pueblo, pero asistieron 20, 30, 40, 100 personas y de una sola comunidad, contando entre los presentes a los que acompañan a la candidata o candidato en su equipo de campaña y que regularmente no son de la zona. Entonces, muchas asambleas, reuniones, en la mayor parte del territorio que corresponde a la elección que se efectuará.

¿A quién elegir? ¿Por quién votar? Es difícil esta decisión cuando se piensa en ello sin el fanatismo de la militancia partidista y el entusiasmo mediático, y hasta sin la pasión que pueda despertar la imagen, la simpatía. Es más fácil quejarse después, casi hasta arrepentirse, que pensar antes, analizar, observar, leer, conocer mejor a las personas que se presentan para solcitar el voto. No siempre, o mejor, casi nunca, la eminencia cienfíca, el doctorado administrativo, la excelencia académica, resultan los mejores, o cuando menos, los buenos gobernantes; menos los campeones bateadores, los mejores goleadores, las estrellas de la farándula. Entre ellas y ellos seguramente surgirán buenos administradores sociales, porque también son ciudadanos, con preocupaciones e ideas, pero hemos visto a muy pocos que, en base a esos reconocimientos, han asumido responsabilidades de gestión pública con resultados aceptables.

Siempre habrá gente que, con mayor o menor formación académica, pero suficiente capacidad y habilidad para engranar equipos de trabajo, en los cuales si debe privar el conocimiento de la materia de la cual se hacen responsables, liderazgo para lograr la participación positiva de los gobernados, integrando cada opinión, cada voz, de donde se pueda obtener conocimientos e ideas que guien una buena gestión.

Lograda la identificación, sin perfección, de lo más probable, aún cuando siempre corremos el riesgo de equivocarnos, nos sentiremos con mayor tranquilidad de conciencia, porque hemos buscado lo que creemos mejor para todos en nuestras respectivas comunidades.
Entonces votaremos, por principio democrático, votaremos. Y votaremos con gusto.